Article

El tambo cierra un año con una fuerte erosión en la rentabilidad

308 views

Escribe Gastón Neffen (Clarín) – Quizás es mejor empezar por una buena noticia. Entre enero y septiembre de 2020, las ventas globales argentinas de leche en polvo crecieron más de un 80% y treparon a 135.218 toneladas, contra algo más de 74.000 que se habían exportado en el mismo período de 2019. Y la proyección es que van a cerrar este año con un margen muy importante respecto del año pasado.

Es uno de los indicadores más favorables para la cadena lechera que va a cerrar el año con un fuerte erosión de la rentabilidad en el primer eslabón: los tamberos.

En relación con las exportaciones, los datos oficiales del Ministerio de Agricultura marcan que el principal incremento se registró en la leche en polvo entera (110%) y que también se exportaron más de 48.000 toneladas de distintos tipos de quesos (hasta septiembre).

En el mercado interno, las ventas de lácteos crecieron un 2,6% entre enero y agosto, según el informe lácteo de Aacrea. Pero con una diferencia importante, lo que más aumentó es la venta de leche fluida, la que se compra en la góndola (entre enero y julio se había incrementado un 13%) y el consumo de quesos bajó un 1% en este mismo tramo, siempre comparando con el mismo período del 2019.

Esta tendencia está relacionada con la pérdida de poder adquisitivo en un escenario de alta inflación y “salarios pisados”. Los argentinos priorizaron la leche por sobre los lácteos más elaborados, como los quesos y los postres.

Esa misma coyuntura es la que golpeó la ecuación de rentabilidad del negocio tambero. El precio de $ 19,59 por cada litro de leche cruda que informó para octubre el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea) está un 21,6% por encima del mismo mes del 2019 (y un 2,7% por encima del valor de septiembre).

Es un incremento que no alcanza para compensar un nivel de inflación anual del 40%. El estudio de Aacrea suma un indicador interesante: compara la evolución del precio de la leche cruda -el valor que reciben los tamberos en la tranquera- contra el Índice de Precios al Consumidor. Este cálculo confirma que en los últimos doce meses el precio real pagado al productor disminuyó un 10,3%.

Si la comparación se hace con sus colegas uruguayos o brasileños, los tamberos argentinos también pierden. El valor que en septiembre recibieron los productores argentinos por cada litro de leche que ordeñan (U$S 0,25) está por debajo del que logran los tamberos de Uruguay (U$S 0,30 ), Brasil (U$S 0,39 ), Estados Unidos (U$S 0,39), Unión Europea (U$S 0,37) y Nueva Zelanda (U$S 0,32).

El aumento de los costos es la otra variable que presiona fuerte la rentabilidad del tambo. El notable aumento en la cotización del maíz y la soja, que tocaron precios récord en las últimas semanas, complica por dos frentes.

El primero, el maíz y la soja son un insumo central en la ración de las vacas lecheras. El segundo, el salto en la cotización del “poroto” también suele aumentar el valor de los arrendamientos. El informe lácteo de Aacrea estima un incremento del 16% en el índice de costos sólo en octubre. En ese mes, el dólar aumentó un 3,9%, el maíz 21,6% y el pellet de soja 37,7%.

Es mucho más clara la brecha en la comparación interanual: si se analiza el índice de costos de octubre de 2019 con el de este año hay un incremento del 63%, contra un aumento del precio del 21%. Este es el cálculo clave para comprender la fuerte caída en el valor real que reciben los tamberos.

Es que el precio de la leche quedó muy retrasado respecto de los aumentos en insumos dolarizados como las semillas, fertilizantes, fitosanitarios, balanceados y maíz.