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Tecnologías en Trigo que superan todos los pronósticos

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El foco técnico estuvo puesto en el nivel de productividad, considerando las nuevas variedades y su potencial de rendimiento, así como también en la mejora de la calidad de los granos y la aparición de malezas de difícil control. Los resultados de la campaña terminaron siendo récord en producción.

Luego de varios años con una presencia restringida en los sistemas productivos pampeanos, durante la campaña 2016 el cultivo de trigo incrementó notablemente la superficie sembrada en nuestro país.

La expectativa para esta nueva campaña arrancó con mucho optimismo, pero la combinación de márgenes desfavorables y el exceso hídrico presente en gran parte de la zona núcleo, hizo que el panorama empiece a ser más incierto.

Frente a este escenario, una de las claves para el productor que apuesta al cultivo es mantener la inversión en tecnología (ya que muchas veces es lo primero que se limita), considerando que con márgenes ajustados obtener buenos rendimientos es la mejor forma de ganar rentabilidad.

En este sentido, la inoculación con bacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPR), se presenta como una alternativa muy interesante, no sólo por el efecto que tiene sobre el rendimiento del cultivo, sino por ser una tecnología de vanguardia a nivel mundial.

La inoculación con bacterias PGPR comienza a ser una práctica de mayor adopción ya que con un bajo costo por hectárea mejora el crecimiento inicial del cultivo y permite una nutrición más balanceada, incrementando la absorción de agua y nutrientes y optimizando el uso de los fertilizantes incorporados. Estos beneficios tienen un efecto directo sobre el rendimiento del cultivo.

En la firma Nitrasoil por ejemplo, a lo largo de 13 campañas de evaluación a campo con Graminosoil-L Trigo, se logró un aumento de rendimiento promedio de 315 Kg/Ha con respecto al mismo tratamiento sin inocular. Como ventaja adicional, la tecnología de inoculación es 100% amigable con el ambiente.

Durante las campañas 2014 y 2015, Nitrasoil Argentina, evaluó a campo diferentes tratamientos de intensificación que consistieron en tecnologías aditivas a la inoculación tradicional con Azospirillum e incluyeron la incorporación de Bacillus subtilis como solubilizador de fósforo y agente de control biológico, así como también la aplicación de micronutrientes a la semilla.

La combinación de ambas bacterias (coinoculación) permitió incrementar el rendimiento 714 Kg/ha sobre el testigo, mostrando el efecto aditivo sobre la inoculación simple (sólo Azospirillum), que mostró un aumento de rendimiento de 300 Kg/ha.

El efecto aditivo también se hizo evidente, cuando se combinó la tecnología de inoculación con la aplicación de micronutrientes, este tratamiento de intensificación rindió 1184 Kg/ha sobre el testigo fertilizado en un ensayo realizado en INTA Pergamino en la campaña 2015.

Los resultados son contundentes a favor de la intensificación, mostrando que el efecto aditivo al combinar estas estrategias de nutrición, se mantiene estable en los diferentes niveles de fertilización.

Durante la campaña 2016 se repitieron ensayos de combinación de tecnologías de nutrición, que incluyeron la inoculación con Azospirillum y micronutrientes de aplicación a la semilla. En INTA Pergamino en un ensayo conducido por el Ing. Gustavo Ferraris, éste tratamiento nuevamente se destacó, obteniendo un incremento de 639 Kg/ha sobre un testigo fertilizado que rindió 6085 Kg/ha.

Evidentemente la inoculación es una excelente alternativa para llevar adelante estrategias exitosas de intensificación más allá del manejo tradicional de fertilización y protección del cultivo, que permite lograr significativos aumentos de rendimiento, con un nivel de inversión por hectárea muy bajo, en comparación con otras tecnologías.

*Departamento de Investigación y Desarrollo de Nitrasoil Argentina

Fuente: Emilia Monteleone*