Por Nicolas Razzetti | Analista Mercado Ganadero
El mercado del ganado con destino a la faena está signado por lo que sucede con la oferta, del lado de la demanda interna y externa no hay mucho que esperar en tanto las condiciones macroeconómicas del país no se modifiquen y por las señales que da el gobierno no se deberían esperan cambio significativos en los próximos meses.
La oferta para faena cayó 10% respecto del año pasado cuando fue muy alta consecuencia de la sequía. Eso significa que la oferta volvió a los niveles promedio de los últimos años. Al mismo tiempo la exportación viene traccionando más, al menos así fue hasta marzo, ya que en abril s produjo un quiebre importante.
Pese a la mayor participación de los exportadores en el negocio (en el primer trimestre las exportaciones crecieron 20%) los precios de lo que se destina al consumo interno no mejoran, al contrario, medidos en términos reales se produjo un deteriorio en abril que siguió en mayo.
El mes pasado la inflación fue de 8,8% mientras que el precio promedio del novillo en el Mercado Agroganadero de Cañuelas subió 3% y los lotes de novillitos y vaquillonas mejoraron 5%. Hubo una pérdida real del precio del ganado terminado y cuando tengamos los datos de mayo seguramente la situación será similar.
Algunos operadores esperan una recomposición del precio de la hacienda a partid de junio, dicen que la efectivización de las paritarias y la corta brecha que hay entre el valor de la carne vacuna respecto de otros alimentos y en particular del pollo ayudarán a que eso suceda.
Por otro lado, debería moderarse la oferta de ganado de parte de los feedlots que este año vienen encerrando menos.
Pero al mismo tiempo sucede que la exportación redujo sus niveles de ventas en abril y en mayo está sucediendo lo mismo, de acuerdo con lo que informan operadores de ese sector.
Los exportadores, consecuencia de faltante de novillos debido en gran medida a que el año pasado no se hicieron las recrías por la seca, este año tienen menos disponibilidad de materia prima y por eso el novillo para exportación se pagó la semana pasada en torno a los 3.500 pesos por kilo en gancho a lo que hay que sumar el flete y comisión del consignatario si la hubiera lo que agrega 5/6% más de costo.
Directivos de diferentes firmas que venden carne al mercado mundial destacaron que su poder de compra no supera los 3.000 pesos, por ende están pagando 20% de su capacidad de pago. Esa situación se arrastra desde hace un par de meses, muchos faenan novillos que tienen en los feedlots terminándose, pero eso tiene un límite y por eso salen a comprar y a pagar precios imposibles, peor es tener la planta parada.
Al número no da porque Europa paga por los cortes Hilton el mismo valor que el año pasado mientras que los costos aumentaron notablemente. “Pagaba 4 millones de pesos de electricidad y ahora me llegaron 19 millones” comentó un exportador que vende cortes Premium.
Lo mismo sucede con China, la tonelada de garron y brazuelo valen 4.100/4.200 dólares contra los 5.000 de hace un año.
La exportación pierde pero los productores que hacen novillos logran buenos precios y eso se debe a la poca oferta. Eso mismo debería suceder para que mejoren los precios del ganado para la faena: una caída en los ofrecimientos. Eso implica en definitiva un achique del negocio, producir menos.
Y en eso están los feedlots que vienen moderando sus ingresos. En abril el nivel de ocupación en los corrales fue de 65% de la capacidad instalada, el mismo que el mes anterior y 10 puntos porcentuales menos que el año pasado.
Sin seca y con los recriadores en el ruedo nuevamente a los engordadores les cuesta más competir, pero sobre todo el menor encierre tiene que ver con la cautela con la que se opera.
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Los feedloteros se concentraron primero en las hembras y luego en lotes mixtos pero con la premisa de no pagar más de lo que el negocio permitía y con la intención además de evitar un pico marcad de ofrecimientos. En definitiva, intentan de alguna manera moderar la oferta para que no haya un desbalance con una demanda que tienen pocas perspectivas de mejorar en los próximos meses.
Las exportaciones de carne vacuna tuvieron una fuerte caída en abril. La baja fue de 20% respecto de marzo y los empresarios la atribuyen a la falta de rentabilidad y competitividad del negocio.
La faena vacuna también cayó, pero menor. En abril se vendieron a los frigoríficos 1,07 millón de vacunos, un volumen similar al de marzo pero 10% inferior al de abril del año pasado.
La actividad industrial el año pasado y consecuencia de la seca fue alta. Pero en 20224 se está dando la otra versión, cae la oferta de ganado y suben los salarios, la energía, el combustible y por lo tanto cada kilo que sale de los frigoríficos es más costos de producir.
Y como no hay competitividad exportadora entonces se vende más al consumo interno, que no tiene margen de maniobra.
La producción de carne de abril fue de 244.000 toneladas a las cuales hay que restarle las 65.000 que se exportaron por lo que al consumo doméstico se destinaron 178.000 toneladas res con hueso lo que significa un consumo per cápita de 45 kilos. Así se frenó la caída los últimos meses y se salió del piso de los 40 kilos de marzo.
Eso indica una recuperación no del consumo real sino de la oferta de carne que tiene a disposición la población que cuenta con un poder de compra recortado por la crisis económica.
La baja de la inflación, que siguen siendo alta, tuvo mucho que ver con la reducción del consumo y eso lo sufren los ganaderos y la mayoría de los productores ya que la mayoría de las cosechas tienen como principal cliente a la demanda interna.
Ese menor poder de compra del consumo se refleja en los precios de la carne y la hacienda. En abril la inflación que informó el INDEC fue de 8,8% mientras que la carne subió sólo 4% según ese organismo que mide los valores de solo algunos cortes y 4,5% según el IPCVA que mide a la totalidad en los grandes centros urbanos.
Lo mismo pasó con la hacienda. El valor del novillo entre abril y mazo subió 3%, el precio de los novillitos 6% y el de las vaquillonas 4%.
Medidos en dólares claramente los precios son buenos, rondan los 2 dólares por kilo, pero sin dudas la pérdida de competitividad exportadora y el freno que afecta al consumo donde se vende el 70% de la carne que se produce ya genera preocupación en los productores.
Esa preocupación es la que llevó a la moderación en los encierres de los feedlots. Al inicio del mes la Cámara de Feedlot informó el mismo volumen de hacienda en los corrales que en el arranque de abril.
Desde la entidad dijeron que si bien el número da positivo el temor a que el consumo “no arranque” y la incertidumbre son la evolución de la macroeconomía imponen una actitud cautelosa en los operadores.