Con los cultivos de soja y maíz ya jugados, luego de un verano seco y caluroso, se están confirmando los pronósticos de catástrofe productiva sobre la que vienen advirtiendo agricultores de todo el país. Las estimaciones para la cosecha de soja se redujeron en un 13,79% durante la última semana, al pasar de 29 a 25 millones de toneladas, según informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA). En el caso del maíz, la entidad porteña realizó un ajuste del 4%, al pasar de 37,5 a 36 millones de toneladas.
En el caso de la oleaginosa, la estimación representa una caída del 42,2 % frente al año pasado y del 44,4% con respecto a la producción promedio de las últimas 5 campañas. 45 millones de toneladas. Y es menos de la mitad que el récord de producción de 60,1 millones de toneladas, alcanzado en la campaña 2014-2015.
Esta merma se explica por “rendimientos esperados por debajo a los mínimos históricos sobre los núcleos sojeros, junto a importantes pérdidas de área cosechable en soja de segunda”. Bajo este escenario productivo, el rendimiento medio nacional se ubicaría por debajo de la campaña 2008/09, cuando fue de 19,2 quintales por hectárea.
Al mismo tiempo, los rindes potenciales de maíz tardío con destino grano comercial continúan siendo afectados por las altas temperaturas. Sumado a la baja expectativa de rinde de estos lotes, la cosecha de planteos tempranos registra rendimientos medios por debajo a la serie histórica de los últimos 21 años.
“Frente a este panorama, la nueva proyección de producción para la campaña 2022/23 se ubica en 36 millones de toneladas. Este volumen representa, en números absolutos, 16 millones de toneladas menos que las recolectadas la campaña anterior, cuando fueron 52 millones de toneladas”, señaló la entidad porteña, al reportar una disminución de producción del 30,8% interanual.