Según la proyección de los técnicos del USDA, desde los primeros días de septiembre próximos los productores estadounidenses levantarán una cosecha de maíz de 387,75 millones de toneladas, un volumen récord histórico que implicará un salto del 11,2% respecto de los 348,75 millones recolectados en la campaña anterior. El dato oficial superó los 384,57 millones de toneladas previstos, en promedio, por los estimadores privados y los 384,78 millones cosechados en el ciclo 2026/2017, la anterior mayor marca.
La expectativa de tamaña producción se sustenta en estimaciones de un área sembrada de 37,23 millones de hectáreas; una superficie cosechada de 34,03 millones, y de un rendimiento promedio nacional de 113,92 quintales por hectárea, todas cifras superiores a las del ciclo 2022/2023, con 35,86 y 32,05 millones de hectáreas sembradas y cosechadas, respectivamente, y con 108,77 quintales por hectárea.
Pese a que el USDA prevé incrementos en los volúmenes que se destinarán al consumo animal, a las exportaciones y, en menor medida, a la producción de etanol, las existencias finales estadounidenses 2023/2024 fueron proyectadas en 56,43 millones de toneladas, por encima de los 35,98 millones del actual ciclo y de los 53,19 millones calculados por los operadores.
Luego de publicado el informe las pizarras de Chicago acentuaron la brecha existente entre los precios de la campaña 2022/2023 y los coincidentes con el nuevo ciclo, ahora augurado récord. Al cierre, la posición julio sumó US$1,58 y quedó con un ajuste de 230,80 dólares por tonelada, en tanto que los contratos septiembre y diciembre perdieron US$1,67 y 1,97, al terminar la jornada con valores de 201,07 y de 200,29 dólares por tonelada. En el balance de la semana la posición julio perdió un 1,7% frente a los 234,83 dólares del viernes pasado, mientras que septiembre y diciembre cayeron un 4,9% contra los 211,41 y los 210,52 dólares vigentes entonces.